viernes, 23 de noviembre de 2012

Mi propósito y el destino de la humanidad


Escuché esta frase: 
"Todo lo que podemos decidir es qué haremos con el tiempo que nos dieron.La pronunciaba Gandalf a Frodo al final de la película "La Comunidad del Anillo" (de la saga "El Señor de los Anillos"). 


Aquellas palabras encierran lo que en el Camino de la Vida he conocido. El Señor me ha hecho comprender que mi vida no es un accidente. Muy por el contrario mi vida tiene un propósito. Un propósito que forma parte del destino de todos los seres humanos. Y esa parte es, precisamente, mi propio destino. 

Hay un destino al que se dirige la historia de toda la Tierra, y en el que queda comprendido el destino de cada uno de los seres humanos que en ella han vivido, viven y aún vivirán. 

Por eso, sé que he acertado al aceptar mi destino y dedicar todos mis esfuerzos a la realización del propósito de mi existencia en la Vida. 

Muchos seres humanos tratan de escapar a su destino. Todo el que lo intenta, se verá condenado al fracaso. En cambio, quienes comprenden el propósito de su existencia, lo aceptan tal cómo se el Eterno se los revela y se esfuerzan en cumplirlo, triunfan siempre, aunque a veces tengan que soportar grandes padecimientos y sufrir una derrota tras otra antes del triunfo final. (Romanos 8: 28)

Eso es, precisamente, la libertad. No se puede guiar el curso de la historia, ni siquiera de los acontecimientos que se refieren a la vida personal. Pero puede decidirse la actitud ante el propio destino, y esa es la única libertad que en realidad tiene alguna relevancia; de esa elección se deriva lo único importante: la condena o la salvación que el Propósito Eterno de Dios encierra en sí mismo.

Anhelo que este pensamiento despierte tu conciencia de hijo.

P.A. David Nesher

Valorar el papel vital de cada uno



Cierto día, un capitán de barco y su rudo jefe de ingenieros conversaban.

Empezaron a discutir sobre quién era más importante de los dos para que el barco navegara.

Como la discusión se tornó acalorada, el capitán decidió que por un día cambiarían de trabajo. El jefe de ingenieros estaría en el puente de mando y el capitán en la sala de máquinas.

A sólo unas pocas horas de haber iniciado el experimento, el capitán salió de la sala de máquinas. Venía sudado y sus manos, su cara y su uniforme estaban llenos de grasa y aceite.

_ «Jefe», le dijo, «creo que tiene que venir a la sala de máquinas. No puedo hacer que los motores anden».

Por supuesto que no puede», le dijo el jefe de ingenieros. «Acabo de encallar el barco».

Que tontería en la vida es cuando comenzamos a creer que somos los únicos y que el mundo depende solo de nosotros. En la vida estamos rodeados de personas y cada uno tiene un papel vital que desarrollar. Necesitamos aprender a considerar al otro y saber que cada uno es experto en algo y cuando nos unimos el barco de la vida puede marchar. Dios nos ha dado dones y capacidades a cada uno, pero siempre dejemos que Él sea el capitán del barco.

1 Corintios 1:10
"Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer".

Colosenses 2:2
"Para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo".